El arzobispo de Santa Cruz visitó el penal cruceño para celebrar la resurrección de Jesús. Pidió a los internos ser testigos de la esperanza en medio de problemas. El papa Francisco también llamó a la conversión

18 de abril de 2022, 4:00 AM
18 de abril de 2022, 4:00 AM


En el mensaje de Pascua de resurrección, la Iglesia aboga por una sociedad pacífica y justa. Exhorta a apartar la violencia que se vive en diferentes ámbitos, incluyendo la guerra. 

“¡No hagamos que Cristo haya resucitado en vano! Salgamos de los sepulcros de la violencia y del desencuentro y resucitemos a la fuerza del amor, el perdón y la reconciliación. El resucitado es la esperanza de un mundo nuevo, la luz que nos indica el camino a recorrer para construir juntos una sociedad fraterna, justa y pacífica, que se enriquece con la cultura y los valores de cada pueblo y nación de ayer y de hoy”, remarcó el arzobispo Sergio Gualberti, que ayer también acudió a celebrar la Pascua con los reclusos de Palmasola.


Pidió hacer una conversión de vida, porque Cristo resucitado ha liberado definitivamente a la humanidad del pecado y de la muerte, ha estrechado la nueva alianza y abrió las puertas de la vida nueva.

“La paz es el fruto de la Pascua, sin embargo, el mundo se obstina en rechazarla y sigue poniendo su confianza en la fuerza, la violencia y la guerra”.
Hizo notar que en el país persisten las viejas prácticas de las amenazas, los bloqueos, los enfrentamientos y el recurso a la violencia como medios para solucionar los problemas, prácticas que, además de dejar puntualmente insatisfechas a las partes, dejan tras de sí enemistades, rencores, odios y hasta sangre y muerte. 

Recordó que la luz de fuego que se encendió en la vigilia pascual es la luz que “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos”. Es la Luz que nos restituye a la gracia, nos da la vida nueva y nos agrega a los santos”
En la misma línea, el papa Francisco llamó a que los líderes de las naciones “escuchen” el clamor por la paz en una “Pascua de Guerra” en la que se refirió a una Ucrania “martirizada” por el conflicto.

“Llevo en el corazón a las numerosas víctimas ucranianas, a los millones de refugiados y desplazados internos, a las familias divididas, a los ancianos que se han quedado solos, a las vidas destrozadas y a las ciudades arrasadas”, dijo el pontífice.

“Cristo está vivo y también hoy pasa, transforma y libera. Con Él el mal no tiene más poder, el fracaso no puede impedir que empecemos de nuevo, la muerte se convierte en un paso para el inicio de una nueva vida”.

En el penal de Palmasola
El arzobispo Gualberti compartió la celebración de la Pascua con los internos de Palmasola, donde con devoción y alegría se vivió la eucaristía.
Les llevó un mensaje de paz y los exhortó a “ser testigos de la vida y de la esperanza”, aunque a veces se encuentren con jueces corruptos o problemas que rompen sus sueños.

 Les pidió no abandonar “la esperanza de esa vida nueva a la que estamos llamados”.

Los desafió a cruzar las tinieblas y ver la luz que entra por todas las ventanas de la vida y encontrar la paz y la felicidad que tanto buscamos.

También destacó las mejoras que se han hecho en PC 2 con murales y jardines que ha sido impulsada por las internas.