El nacimiento y relevancia, así como la agonía y el cierre de este medio están plasmados en el libro. Fue presentado en Santa Cruz. Raúl Peñaranda, Juan Carlos Salazar, Isabel Mercado y Mery Vaca son los autores y condujeron a este medio en sus más de 13 años

31 de marzo de 2024, 4:00 AM
31 de marzo de 2024, 4:00 AM


El 29 de junio de 2023 fue la última edición del diario impreso y digital Página Siete. El final fue abrupto, pero no sorpresivo, porque venía pidiendo auxilio desde hacía varios meses atrás. El final dejó una sensación de pérdida en la sociedad, porque se apagaba la voz de un medio independiente, conocedor de su rol de búsqueda de la verdad y de plantear que el poder de todos los niveles rinda cuentas ante la sociedad. 

La historia de la vida, esplendor, vicisitudes, agonía y cierre de Página Siete está plasmada en el libro
Contra viento y marea. Los autores son los cuatro directores de este medio de comunicación, que lo condujeron con independencia editorial durante poco más de 13 años. Raúl Peñaranda, Juan Carlos Salazar, Isabel Mercado y Mery Vaca escriben sobre el periodo que les tocó al frente. Son relatos que reflejan la realidad del periodismo que se ampara en la libertad de prensa y al que no le es fácil sortear la “tormenta perfecta”, que involucra la crisis provocada por los cambios en la industria, las presiones del poder político y la ausencia de apoyo publicitario, muchas veces motivada por las dos primeras causas.

Raúl Peñaranda e Isabel Mercado llegaron a Santa Cruz para la presentación del libro, que fue en la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) ante un auditorio colmado. No era para menos, el cierre de Página Siete provocó un shock en todo el país porque era un referente nacional.

El prólogo del libro es escrito por Sergio Ramírez, el nicaragüense que es Premio Cervantes de Literatura y que ahora vive expatriado en España porque Daniel Ortega lo ve como un peligro para su poder autoritario, donde la mayoría de los periodistas hacen su trabajo desde el exilio. “La historia dramática de Página Siete ilustra la lucha de los medios de comunicación que en América Latina persisten en informar de manera independiente, con valentía y sin concesiones, a costa de su propia existencia”, escribe Ramírez.

Raúl Peñaranda relata el nacimiento de Página Siete, como una oportunidad de libertad editorial cuando La Razón fue comprado por empresarios venezolanos afines al Gobierno. La gestación y el parto son ilustrativos y reflejan el espíritu del emprendimiento. No obstante, la independencia del medio incomodó rápidamente al poder y su primer director fue acosado desde el Palacio de Gobierno hasta que tuvo que dar un paso al costado, no sin antes dejar claro su independencia.

En los siguientes tres años, la dirección fue asumida por Juan Carlos Salazar, un experimentado periodista que ha destacado dentro y fuera del país. Su aceptación del cargo tenía fecha de expiración con el compromiso de que la sucesión sea preparada y así fue. La subdirectora era Isabel Mercado, quien ejerció la dirección tras la salida de Salazar.

En el periodo que le tocó a Juan Carlos Salazar ya se vivía la sequía económica, agravada porque no solo se había limitado la propaganda estatal, sino que el Gobierno presionaba a empresarios privados para que no publiciten en Página Siete. Fue también tiempo de más ataques desde el poder. “La prensa no puede abdicar en su misión fiscalizadora y Página Siete nunca renunció a esa obligación, pese a las amenazas y presiones que sufrió a lo largo de su existencia”, rubrica el segundo director.

En 2016 asumió la dirección Isabel Mercado. Describe a Página Siete como “la promesa del periodismo”, entendida como un voto, una intención por el buen periodismo, siempre independiente y crítico. Relata que con el cierre no solo se terminó con la posibilidad de que este medio siga informando, sino que ya en noviembre de 2023 no existe el archivo digital de lo que fue Página Siete y tampoco hay noticias del archivo impreso, lo que es una segunda muerte y un gran golpe al derecho ciudadano a preservar la historia.

A Isabel le tocó conducir el periódico durante la pandemia, tiempo duro para el periodismo en general. Tras ello renunció, pero no se fue, porque fue la jaladora de iniciativas innovadoras que iban a tono con el oficio y los medios en el mundo, pero también generando contenido de valor para suscriptores. Página siete fue el primer medio en Bolivia que lanzó la suscripción digital y no fue comprendido, el apoyo ciudadano no fue el que se esperaba y tampoco fue suficiente.

La última etapa le correspondió a Mery Vaca. Ella cuenta que fue desafiante e innovadora. Se puso en marcha la suscripción digital. Las buenas cifras del año 2018 se estrellaron con un paro en Bolivia y después con la pandemia. A Vaca le tocó conducir una redacción apasionada por el periodismo, pero agobiada por el pago demorado de sueldos y el ánimo que esto provocaba en su equipo.

La periodista Maggy Talavera, que comentó el libro, interpeló a la sociedad por la falta de apoyo a Página Siete y a los que se dijeron sorprendidos por el cierre, después de que el agobio económico era por todos conocido. “La historia no se puede repetir. Depende de que ciudadanos y empresarios tomen conciencia”, decía en el acto de presentación.

El periodista Tuffí Aré destacó las lecciones de Página Siete y el director de EL DEBER, Pedro Rivero Jordán, reflexionó acerca de las adversas condiciones que aún presionan al periodismo independiente.