Thiago Leitao es el ‘padre de la criatura’. Armó un equipo con la base de los que ascendieron y hoy ha sorprendido al país goleando a The Strongest y eliminando a Bolívar. Su objetivo es mantener la categoría, aunque está por tocar el cielo en el Apertura

27 de abril de 2024, 10:11 AM
27 de abril de 2024, 10:11 AM

Por: Cristian Méndez - Mauricio Cambará

Una computadora, un monitor, y una mesa colocada a un costado de la cancha, era habitual en las charlas técnicas. Un micro que en plena lluvia filtraba agua por todos lados, y el material justo para trabajar, era la realidad en cada jornada. Pero además, un plantel corto -pero de amigos- a disposición, era lo que se tenía a inicios de temporada. El objetivo en ese momento era mantener la categoría tras el ascenso. San Antonio comenzó así a transitar su aventura profesional, con Thiago Leitao al frente y con la ilusión ‘austera’ en todos los sentidos.

Nadie imaginó su actual presente, nadie, excepto el  brasileño que un año antes había salido rechiflado de la dirección técnica de Blooming (“no hubo paciencia, no pudimos desarrollar lo planificado”, dijo entonces) y hoy es el conductor del equipo sensación. ¿Cómo se explica el momento de San Antonio? En síntesis, global, la palabra es humildad, de la dirigencia, del cuerpo técnico y del plantel porque supieron ‘mutar’ y las decisiones fueron acertadas.

La primera definición tras el ascenso en 2023 fue sentar base y vivir en Cochabamba, la dirigencia quería Entre Ríos o Bulo Bulo, pero se optó por respetar la decisión del cuerpo técnico que entendía que era mejor sentar base en la ciudad. La planificación, además, estableció el objetivo: mantenerse en primera; pensar en un título o un torneo internacional -su situación actual-, era una quimera. No había presupuesto para traer jugadores de renombre y se optó por rebasar los márgenes del presupuesto cumpliendo la ruta establecida.

San Antonio es pura alegría. Atraviesa un gran momento. Foto: APG
San Antonio es pura alegría. Atraviesa un gran momento. Foto: APG

Por una cuestión de relacionamiento, esparcimiento, convivencia y concentración, el cuerpo técnico decidió que el plantel viva en la ciudad y se jugaron amistosos ante Wilstermann, Aurora y la ‘U’ de Vinto. Uno de estos partidos se realizó en Entre Ríos a las 15:00; el desenvolvimiento del equipo y el nivel físico mostrado, movió el tablero. “Hay que jugar acá, a esta hora y en esta cancha”. La conclusión de Leitao fue apoyada por Joao Pablo y Ezequiel Darío Luna, los otros dos hombres clave en su cuerpo técnico.

Se definió vivir en Cochabamba, pero cuando toca jugar de local, se van entre tres y cinco días antes a Entre Ríos (263 km y 3 horas de viaje) o Bulo Bulo (285 km y 3 horas y media de viaje). Previo a ello se 'escaneó' a cada jugador, su entorno, su familia y amistades, revisaron sus redes sociales, comportamientos y límites para establecer otra base vital en el trabajo: “Creer hacia dónde se quiere llegar, creer en ellos mismos y si creían en ambas cosas, había compromiso”, dijo Luna.

Varios de los refuerzos a quienes se apuntó, dijeron ‘no’ por lo económico. Otros se fueron, pero también el club habló con quienes consideró prioridad, entre ellos Kevin Vera, John Mena, Henry Alaca, Carlos Preciado, Gustavo Mendoza, Felipe Pasadore, Rodrigo Borda y Huberth Alonso Sánchez que estuvieron en el ascenso. Con esa base bastaba para encarar la competencia. El Apertura lo comenzaron visitando a Real Tomayapo y para sorpresa, el 2-2 alertó que estaban para sorprender.

San Antonio eliminó a Bolívar. Sánchez anuló a Da Costa. Foto: APG
San Antonio eliminó a Bolívar. Sánchez anuló a Da Costa. Foto: APG

Mientras fue transcurriendo el torneo el 5-1 a The Strongest levantó unos ánimos muy fuertes y ratificó “que la cosa iba bien” Tanto que en el estadio Tahuichi golearon a Real Santa Cruz. “Nos dijimos entre todos, se comprendió la idea”, dijo Luna cuyo nivel se ratificó poco después cuando dejaron afuera al Bolívar de Xico da Costa, Ramiro Vaca, Bruno Savio y compañía. El equipo ya era otro.

La dirigencia del club los tiene al día, manejan una planilla que oscila entre los $us 60.000 y 70.000 lo que permite trabajar de manera tranquila. Hay un monitoreo a cada uno de los jugadores para no desenfocarse. Todos saben que una clasificación internacional y el título son posibles pero no les quita el sueño. El primer objetivo sigue siendo mantener la categoría y si lo demás llega, bienvenido. Ese es San Antonio, un equipo humilde, que por cierto, ahora tiene varios monitores para las charlas técnicas, y un bus exclusivo que reemplazó a aquel al que le llovía más adentro que afuera.

San Antonio goleó a Independiente en Entre Ríos. Foto. APG
San Antonio goleó a Independiente en Entre Ríos. Foto. APG