Los conductores incurren en el uso de su dispositivo móvil mientras en vehículo está en movimiento y en los cambios de semáforo. La OMS advierte que es una distracción y aumenta cuatro veces los riesgos de sufrir accidentes de tránsito

26 de junio de 2022, 4:00 AM
26 de junio de 2022, 4:00 AM


La imprudencia al volante por el uso del celular mientras se conduce es un peligro latente en las calles cruceñas. Según la Unidad Operativa de Tránsito, 15 de cada 100 accidentes son atribuidos al uso de dispositivos mientras se conduce un motorizado.

Los usan sin precaución conductores particulares, del transporte público, motociclistas, ciclistas y hasta peatones.
El problema a menudo es que las personas no solo lo usan para
hablar, sino también para escribir o leer mensajes. Los cambios de semáforos son aprovechados para revisar contactos y hacer llamadas telefónicas.

Los peatones señalan que antes la gente se limitaba a hablar, pero ahora, con el WhatsApp y otras aplicaciones se usa más tiempo durante la conducción.

“Con el celular en la mano pueden ocurrir muchos accidentes, por eso hicimos un mensaje para concienciar a la población y prevenir accidentes”, indicó Miguel Ángel Cortez, de la promoción del colegio Carlos Aponte Tineo, que participó del festival DinoFest, que se desarrolló el lunes con el objetivo generar conciencia en la población en la lucha contra la violencia y la inseguridad ciudadana.

Las estadísticas
El coronel Roberto Pórcel, director departamental de Tránsito, convocó a los conductores a no olvidarse la responsabilidad que tienen al tomar un volante, por lo que deben dejar a un lado los elementos distractivos, como es el celular.

El porcentaje de accidentes a causa del dispositivo móvil alcanza al 15 por ciento. “De cada 100 hechos de tránsito, por lo menos 15 son provocados por personas que conducen mientras chatean o hablan por celular. Pedimos a todos los ciudadanos y conductores la máxima responsabilidad”, remarcó la autoridad policial. 

Pórcel indicó que el Código de Tránsito establece sanciones para el uso de medios distractivos mientras se conduce, por eso insiste en la prevención.
Señaló que tener la mano ocupada impide reaccionar ante un incidente que puede suceder mientras se conduce y provocar accidentes.

Así es como sucede en la rutina cotidiana de la urbe cruceña, en la que el teléfono celular ganó un amplio espacio en la conducción sin medir los riesgos.
Solo basta con detener la mirada y observar cuántos conductores circulan utilizándolo o aprovechan la luz roja de los semáforos para revisar el celular, contestar mensajes e, incluso, hacer llamadas telefónicas. Nadie se salva de estas infracciones, pues incurren tanto conductores particulares como del transporte público no solo de vehículos de cuatro ruedas, sino también de motos y bicicletas. 

Muchos se distraen en sus dispositivos al punto que demoran en continuar en marcha y hay quienes recién reaccionan tras los bocinazos de los que van detrás.

Pese a los riesgos, en las calles cruceñas es común ver a conductores que toman el volante con una mano y con la otra agarran el celular, y otros apoyan el celular en el hombro mientras conducen.
Ocurre así en toda la ciudad, incluso en el centro cruceño, donde el lunes se observó cómo el conductor de un taxi contribuía a la trancadera al hablar por teléfono imprimiendo baja velocidad.

En el séptimo anillo, entre las avenidas Cristo Redentor y Beni, el chofer de un micro de la línea 66 hacía lo mismo, llevando pasajeros. También se observó cómo el conductor de una moto se daba modos para contestar mensajes mientras esperaba que cambie la luz del semáforo en el segundo anillo y rotonda de la Madre India.

Algunos conductores se justifican indicando que usan manos libres para minimizar los riesgos en las llamadas.
“Yo siempre tengo conectado el manos libres para contestar llamadas. Jamás agarro el teléfono para hacer llamadas cuando estoy manejando”, dice Brenda Suárez, que tiene su vehículo particular. 

Verónica Andrea Márquez reconoce que usa teléfono cuando conduce, especialmente mientras espera que cambie la luz del semáforo. “Todo el mundo lo hace, es verdad que aumenta el peligro, pero trato de no distraerme”.
Eliana Gutiérrez hace notar que el uso del celular mientras se conduce aumentó con los pedidos a través de empresas de reparto y mediante los servicios de taxis a través de plataformas digitales. “Los deliverys y uber manejan todo el tiempo con el teléfono y no son sancionados”, señala. 

Por su parte, el representante de la plataforma ciudadana Generación P, Milton Vargas, indicó que es importante que se realice una actualización al Código de Tránsito que data de 1977 para adaptarlo a la realidad tecnológica.
“La infracción en este momento figura como un elemento distractivo en la conducción, por lo que es importante actualizar la tipificación del delito en el Código de Tránsito. Actualmente, por ejemplo, una persona que va manejando y comiendo un sándwich ante los ojos de la ley es lo mismo que uno que va conduciendo y escribiendo en su celular”, explicó.

Lo segundo tiene que ver con la educación, porque el conductor tiene que entender que un segundo sin ver el camino es como avanzar a ciegas durante 30 metros.
Sobre las sanciones, Vargas dijo que la multa debe ser regulada y además se debería restringir la licencia de conducir a los reincidentes. “Como lo hacen en otros países que, por cada vez que lo encuentran hablando por teléfono, le ponen un punto a su brevet y por cuatro puntos le suspenden por seis meses la licencia y no pueden manejar”, indicó Vargas.

La OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en su informe “Uso del celular al volante: un problema creciente de distracción del conductor”, que en distintos países aumentó el porcentaje de conductores que utiliza el teléfono celular mientras conduce, pese a que la distracción en la conducción es un importante factor de riesgo de traumatismo por accidente de tránsito. 

El estudio señala que el uso del teléfono celular hace que el conductor desvíe la mirada de la vía que transita, quite las manos del volante y aparte su mente de las calles y de la situación existente. “Es precisamente ese tipo de distracción, conocida como distracción cognitiva, la que tiene mayores consecuencias en el comportamiento del conductor”, advierte el organismo.

Según los estudios de la OMS, el teléfono celular puede afectar la actuación del conductor de distintas maneras, como por ejemplo, aumentando el tiempo de reacción (sobre todo el tiempo de frenada y ante las señales de tráfico), entorpeciendo su capacidad para mantenerse en el carril adecuado, haciendo que acorte la distancia de seguridad y, en términos generales, reduciendo su percepción de la situación de la carretera.
El uso del teléfono celular para enviar mensajes de texto puede tener efectos perjudiciales en el comportamiento del conductor.

Además, el envío de mensajes de texto suele ser una forma de comunicación barata y es probable que el aumento del uso de esos servicios entre los conductores lo convierta en un importante problema de seguridad vial. Los conductores jóvenes suelen utilizar el teléfono celular cuando conducen con mayor frecuencia que los mayores de edad y son muy vulnerables a los efectos de la distracción, dada su poca experiencia al volante.

La OMS recuerda que estudios señalan que los que utilizan el teléfono celular en el volante corren un riesgo aproximadamente cuatro veces mayor de verse involucrados en un accidente.
Ese aumento del riesgo es similar en el caso de los teléfonos con o sin manos libres, lo que indica que es la distracción cognitiva derivada de mantener una conversación por teléfono lo que afecta en mayor medida al comportamiento del conductor y, por consiguiente, al riesgo de accidente.

Otros estudios coinciden que el uso del teléfono móvil es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir accidentes. Mientras se habla por teléfono se pierde la capacidad de concentración necesaria para conducir: no se mantiene una velocidad constante, la distancia de seguridad no es suficiente con el vehículo que circula delante y el tiempo de reacción aumenta considerablemente entre medio y dos segundos, dependiendo del conductor.